Estás a un pensamiento de distancia de vivir tus sueños. ¿Quieres saber cómo?
Déjame que te cuente un par de historias con mis clientes.
Historia 1: Esto es lo que NO quiero…
Tengo un cliente americano que me sorprendió en una conversación de coaching hablando en español. Sentí curiosidad por su motivación a hablar en castellano y esta fue su respuesta: “David, tengo la oportunidad de hablar contigo en español, pues aprovecho mi oportunidad”. Guardé ese comentario para más tarde.
Me pidió ayuda en su trabajo para cohesionar a su equipo y poder trabajar con el ejército de un país en “evitar conflictos y violencia”.
Las personas tendemos a definir nuestros sueños cómo lo que no son, eso es cómo mirar hacia atrás caminando hacia delante. Esto es lo que acababa de hacer mi cliente, definir su sueño como lo que no quiere.
Otros ejemplos de esto son:
“No quiero fumar”, “No quiero este tipo de relaciones”, “Quiero perder peso”, “Quiero recuperar mi vida»
Empezamos ambos a hacer un viaje profundo desde lo que sentía que era importante para él, poco a poco fue dando forma hacia donde quería llegar. El sentido de su vida, su sueño no tardó en tener forma, dijo algo como:
Quiero dar la oportunidad para que emerja el talento.
Le recordé lo que sucedió al principio de nuestra conversación: que aprovechó la oportunidad de hablar español (su talento)
Se quedó totalmente descolocado y finalmente se dio cuenta que ya estaba viviendo su sueño, en cada pequeño detalle de su día a día su sueño , su sueño se manifiesta.
Historia 2: El sueño detrás de la queja.
Una cliente llamada Ana (nombre inventado) quería a toda costa finalizar un proyecto pero se quejaba de que el resto de compañeros no se comprometían 100% con el proyecto, estaba atascado y acumulando retrasos…
Más o menos así fue nuestra conversación:
David: ¿En qué cambiará la vida de los usuarios cuando tu proyecto este listo?
Ana: David, tardarán mucho menos en hacer su trabajo y será de mayor calidad.
David: Mmmm, ¿En qué consiste su trabajo?
Ana: Proporcionan ayuda a personas que están pasando por un mal momento y esas ayudas tienen unos trámites.
David: Imagina que tu proyecto ya está listo y funcionando desde hace meses, ¿En qué ha cambiado la vida de esos beneficiarios desde que tu proyecto está en uso?
Ana: David, hay personas que no tienen esperanzas porque no saben qué les depara el futuro inmediato, no saben si mañana comerán. Con este proyecto aseguramos que lo que decimos lo cumplimos y eso es un motivo para tener esperanza en el futuro.
Esto es lo que acababa de sentir Ana: “Prometer a las personas un futuro y que lo llenen de esperanza”
Acababa de encontrar el sueño detrás de la queja, aquello que estaba oculto tras las quejas de retrasos del proyecto. Desde aquí si podía inspirar a los demás a comprometerse.
Las personas estamos deseosas que compartir sueños, de impactar en el mundo, de hacer un mundo un poco mejor para aquellos que están en contacto con nosotros.
Ahora Ana estaba conectada con su sueño y este proyecto era una de las muchas manifestaciones que tiene su sueño.
Epílogo:
Estamos a un pensamiento de cambiar nuestra forma de vivir. Los sueños se pueden vivir en cada una de nuestras pequeñas acciones cotidianas, lo que nos hace evolucionar es hacer que esto que soñamos se manifieste de forma más grande.
¿Mi sueño?
Que conectes con tu sueño y lideres tu vida. Sueño con un mundo lleno de personas líderes de sus vidas.
Si sabes quien eres y sabes lo que sueñas, el compromiso es inevitable.
¿Quieres saber cómo puedo ayudarte a vivir tu sueño?
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